Epitafios... El tarro de mantequilla de maní.

Bueno, sé que algunos de ustedes se habrán enterado de esta terrible noticia por Facebook, pero no puedo contar con que todos lo hayan hecho... por eso, he decidido rendirle honores al tarro de mantequilla de maní que alguna vez me perteneció y cuya última dueña fue mi abuela, Venuska... así que, he aquí el epitafio que le escribí...

Oh, pero que cruel es la vida, que aranca de nuestros brazos a aquellos que con tanto ahinco logran incluirse en nuestras alacenas. Todos sabemos que este momento algún día llegará, acarreando a la oscura nube del hambre y la alimentación necesaria consigo.

Sé que nunca nos conocimos bien, ya que mi dedo no llego a pasar de mas abajo de la mitad de tu relleno, pero no es porque no te quisiera, mi viejo amigo pastoso, simplemente digamos que nuestras almas no eran compatibles....

Sin embargo, encontraste refugio en otra alma, un alma que con cariño te recibió en su hogar transformandolo, por poco tiempo pero sin duda un tiempo maravilloso, en tu propio hogar.

Esperemos pues, que el cielo de las cremas, mermeladas y demás agasajos del paladar te reciba con sus gabinetes abiertos.

Siempre tuyo, Falco.

No voy a llorar, no voy a llorar... bien, ahora, colocaré fotos del evento... serán algo fuertes, así que si usted sufre del corazón, colesterol o es fanático del maní, no le recomiendo que las vea...

El Difunto



Familiares y amigos.